Esta foto está recortada, y decidí recortarla antes de hacerla. El árbol estaba seco y rodeado de un mar de espadañas. Estoy seguro de que podría haberme acercado mucho más, hasta llenar el encuadre (volvía una y otra vez a cantar al mismo sitio), pero al imaginar el destrozo que habría hecho en las espadañas decidí hacerla desde donde estaba y recortarla después, en lugar de patear aquello por acercarme un poco más (en realidad bastante más).
El encuadre original es el doble de alto y de ancho (o sea, el recorte es un 25% del original)
Por cierto el caballerete (carricero tordal, creo), sorprendía por la fuerza de su canto, que se oía en todo lo que podía verse del río. Parece mentira que una garganta tan pequeña pueda hacer tanto ruido…